Mirando de cerca el trabajo social.

El trabajo social desarrollado en sitios tan apartados de nuestro Valle del Cauca, es recibido con mucho agradecimiento en la vereda el Castillo de Roldanillo Valle.

          Caminando por El Castillo                                                                    

Según la Federación Internacional de Trabajadores Sociales, el trabajo social se define como una profesión "que promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas, y el fortalecimiento y la liberación del pueblo, para incrementar el bienestar. Si conocemos esta definición damos por sentado que el deseo del bienestar para los demás viene intrínseco en cada persona y esto lo motiva para realizar acciones en bien de la comunidad inmediata.


En días pasados tuve la oportunidad de palpar muy gustosamente lo que es el verdadero “Trabajo social”. A una hora de Roldanillo en el norte del Valle del Cauca se encuentra la vereda El Castillo,  con un clima fabuloso, unos paisajes de fotografía y la gente más bonita y amable que recibe al forastero como propio. En esta vereda se realizó una jornada de salud a manos del grupo conocido como DELTA, liderado por la Dra. Sandra Mendoza Cano. La jornada tuvo una gran aceptación por la gente de la comunidad con una asistencia masiva y con mucha alegría. El trabajo  humano que realiza la Dra. Sandra nos invita a sensibilizarnos hacia otros y sus necesidades. Atendieron citas odontológicas, hubo chequeo médico para niños y adultos, entregaron medicina, juguetes y realizaron un pulguero. 

Ahora, volvamos al “Trabajo social”. Como inicié éste artículo, la definición nos muestra que en conclusión, se busca incrementar el bienestar de la gente. Los integrantes del grupo Delta, trabajan desde hace varios años unidos por un ideal “El trabajo social” que coadyuve en un poco al bienestar de las comunidades vecinas. La Dra. Sandra  insiste que el trabajo por las comunidades rurales le devuelve satisfacción y paz por el servicio.   Qué bien le vendría a estas veredas tan apartadas de los municipios y grandes ciudades, ser visitadas más a menudo por los gobernantes y así  poderles atender en sus necesidades de tal manera que se  promueva su progreso y libertad, que redunda en felicidad para esta gente buena, humilde y aferrada a su tierra.

 

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