RUPTURA AMOROSA, DUELO Y AMOR PROPIO

 

#rupturaamorosa

@Avanzarte

26 de julio 2022

 

 

Ruptura amorosa, 

duelo y amor propio

Cómo transitar esto

 

Pongamonos en situación: llegas a tu casa,  tomas en tu mano la llave para abrir la cerradura de tu puerta, normalmente como lo haces todos los días y hasta tres veces al día. Metes la llave, la giras y tu puerta no abre, vuelves a accionar la llave y no lo consigues, inmediatamente sucede algo….. sientes frustración.  

En ese momento pueden suceder dos cosas: tu insistes hasta la saciedad esperando que la puerta te abra o puede que desistas en un segundo intento y tires la llave y no quieras insistir más.  Piensa en esta situación que te acabo de plantear y tal vez,  tú eres la persona que está abriendo la puerta o tú eres la cerradura de la puerta,  quien dejó de estar disponible funcionando para aquel que la quiere abrir.  ¿Quién eres tú?

 

Cuando terminas una relación amorosa viene ese duelo doloroso repartido en varias etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Y por lo general hay recaídas en el proceso. 

 

Qué es lo más común que hacen las personas cuando están en ese duelo por ruptura? Creo que hay muchos disparates que todos hemos cometido durante esa crisis, aunque creamos que no lo hacemos.

 

Entre esas cosas para “autoterapiarse” están: salir desaforadamente, emborracharse,  mandar indirectas por redes sociales, sablazos a través de los amigos, inmiscuir a los hijos como mensajeros, criticar, superelogiar, alabar, destruir etc.  Y lo peor es que en ese momento o después,  pero no pasado mucho tiempo, uno cree que hizo lo mejor “luchar por esa relación”

 

Controlar esos síntomas de abstinencia es el verdadero desafío. La tentación de intentarlo una vez más —llamar a un ex, rogarle, recordarle sobre la relación, insistirle que se pueden dar otra oportunidad y que tuvieron cosas juntos que podrían valer la pena, puede que no se pueda dejar de hacer. 

 

Cuando estamos enamorados nos sentimos diferentes. Queremos ver a esa persona más seguido, queremos hablarle casi todo el tiempo, deseamos que llegue ese día para salir y pasarla espectacular  y ¿qué pasa cuando viene la ruptura?, pues todo se viene abajo en cada persona también, porque aunque una de las personas este con más amor que la otra, siempre habrá un dolor que llevara la apersona al duelo. 

 

Ahora quiero compartirles la inspiración y también el soporte teórico en donde me he apoyado para sustentar este tema. Hace más de cuarenta años que la antropóloga Helen Fisher se dedica a estudiar el amor y su efecto en el cerebro. Ella describe este sentimiento como una adicción y plantea que dejar una relación amorosa, ya sea por voluntad propia o del otro involucrado, debe seguir los mismos pasos que una desintoxicación en un adicto. Y eso se debe a que el cerebro de la persona enamorada trabaja en las mismas zonas en las que trabaja el cerebro de un adicto.

 

La antropóloga y psicóloga Helen Fisher —miembro del centro de estudios del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers, en Nueva York— estudia hace más de cuatro décadas el amor. Aunque se podría contar que sufrió una desilusión amorosa y por eso se dedico a investigar sobre el amor y sus efectos, la realidad es muy distinta,  tiene una hermana gemela y creció pensando que tenían los mismos gustos y actitudes porque eran genéticamente iguales. 

 

Su profesor de escuela le explicó que era la cultura lo que definía la personalidad de cada una, pero Helen no se convenció del todo. En 1975, cuando llegó el momento de realizar la tesis de su doctorado, partió de la base,  que si había alguna parte del comportamiento humano que tuviera alguna carga genética, debían ser las relaciones amorosas. Y a partir de esa idea decidió dedicar su vida profesional a estudiar lo que es capaz de hacer el amor en nuestra cabeza.

El amor genera actividad en la misma parte del cerebro donde están las adicciones. Una ruptura amorosa activa exactamente la misma zona que se afecta con un dolor de muelas. Si planteamos el amor como una adicción y dejar de amar como un proceso físico, hay pasos que podemos seguir para superarlo. Hay esperanza. Porque el cerebro siempre sana. Y, por ende, el corazón también. Y aunque sea un proceso difícil siempre hay posibilidades de sanarlo. 

Sí, cuando sufrimos una decepción amorosa debemos entendernos como adictos. En los estudios que Fisher ha realizado, al escanear el cerebro de cientos de personas, vio que los que habían terminado una relación tenían gran actividad en la región cerebral donde se generan las adicciones, tanto a las drogas como a las conductas, como son las apuestas, el sexo y la comida. Y cuando miras la imagen en términos conductuales, te das cuenta que las personas actúan como adictos porque el cerebro ha activado estos sectores que motivan la adicción. El amor puede ser una maravillosa adicción si las cosas van bien, pero horrible si van mal, porque vienen procesos dolorosos como el síndrome de abstinencia que pone a la persona en situaciones de dolor extremo en donde levantarse requiere un trabajo grande. 

DUELO 

Sin duda, conocer estas fases, una por una, te ayudará a entender el proceso por el que estás pasando.

  1. Negación: “Esto no me puede estar pasando a mí”, “es como una pesadilla”, “dime que no es verdad, no es posible”.  Esta es la primera etapa y es el principio de todo. En esta fase te negarás a aceptar que ha terminado la relación, te costará creer que se ha producido la ruptura, sentirás tristeza y probablemente llorarás a mares.
  2. Ira: “¿Cómo ha podido hacerme esto a mí? ¡Le odio con todas mis fuerzas!” Una vez asimilada la situación, del dolor pasamos al odio. Ira que nace por pensar que te han tratado de forma injusta y/o que te han traicionado. En esta fase suele haber una tristeza profunda y puede haber agresividad y ansiedad.
  3. Negociación: Tercera etapa en la que intentamos buscar soluciones y forzar acuerdos para que la situación cambie. En este punto es habitual actuar de manera mucho más impulsiva enviando mensajes, haciendo llamadas, forzando encuentros sorpresa… que no suelen lograr el objetivo deseado. 
  4. Depresión: En esta fase comenzarás a entender por fin todo lo ocurrido, comprenderás que la relación de verdad ha terminado y que no van a volver a estar juntos. En este punto puedes sentirte muy triste, desganado, aburrido  y desesperanzado. Aquí es totalmente normal dejar de comer, dormir mal y no tener ganas de salir. También ver el futuro oscuro y poco prometedor. 
  5. Aceptación: Última etapa. En esta fase aceptas que terminaste con tu pareja, vas recuperando tus fuerzas y no tienes tantos pensamientos negativos. Los recuerdos de tu pareja (fotografías, regalos…) ya no te causan tanto sufrimiento como lo hacían antes y empiezas a volver a hablar con normalidad de tu ex y de tu relación pasada.

 

 

¿Qué se recomienda para superar el dolor y transitar más eficazmente el proceso?

  • Deshacerse de las cartas y las fotografías y de todos los regalos que la persona te pudo haber hecho. 
  • No llamar, no escribir, no tener contacto con esa persona. 
  • Hay que pensar igual a si estuvieras dejando de beber, pues  no dejarías una botella de licor en tu mesa. 
  • Se deben alejar las cosas que impulsan la adicción. Gente, objetos, musica, situaciones, creencias, pensamientos.
  • También ayuda, darle al cerebro un poco de dopamina; hacer deporte, abrazar amigos, salir a hacer cosas nuevas, conocer gente y construir una nueva vida. Todo esto debe ser con medida, madurez y coherencia, ya que todo exceso trae profundos problemas. 

AMOR PROPIO

Para la psicología,  la falta de amor propio se evidencia, en gran medida, cuando alguien tiene fuertes sentimientos de inseguridad, soledad, miedo, enfado, vergüenza o culpa y, debido a eso, se convierten en personas que no saben poner límites, permiten el maltrato emocional, psicológico y hasta físico, en los casos más graves.

Amarse a uno mismo tiene que ver con la consciencia de su propio
“ser’,  “amarse es ser coherentes con las cosas que uno quiere realizar y le hacen bien”.  Muchas personas hablan de amarse a sí mismas pero son incapaces de buscar esas formas de amor. Es decir, saben que les gusta practicar determinadas actividades, pero no se permiten hacerlas; o tal vez no entran en esa consciencia de hacer valer para sí mismos lo que de verdad les hace bien. 

La terminación de una relación sentimental no es el final de tu vida ni la de tu expareja, es un cambio y por tanto un nuevo comienzo para ambos.

No malgastes tu energía en buscar culpables, enfócate en sanar, perdonar y crecer. Hubo motivos para amarle, así que no le odies ahora, déjale ir.

No desprecies lo que tuvieron ni te castigues porque se ha acabado. Entiende que hubo cosas que aportaron a tu bienestar y otras que lo menoscabaron. Acepta y aprende.

Gracias a todo lo que pasó en tu relación puedes aprender sobre tí, los lazos sentimentales y la vida en general. La ganancia de los aprendizajes evita que pienses que te has quedado con las manos vacías y te entregues a la frustración.

No eres una víctima, eres una persona valiente que puede superar esta pena actual. Haz una lista de todas tus fortalezas y capacidades, no importa si algunas te parecen insignificantes, todas tus cualidades son importantes y útiles.

Un clavo no necesariamente saca otro clavo, puede hundirlo más. Date un tiempo para poner todo en orden, tus sentimientos, pensamientos, objetivos, hábitos y prioridades.

Si piensas constantemente en tu ex, ocupa tu mente en otros asuntos y procura hacer actividades varias, quizás te privaste de algunas cosas beneficiosas para ti, ahora es el momento para realizarlas.

Practica ejercicio, las endorfinas que tu cerebro libera durante la actividad física contrarrestan los efectos de la tristeza y favorecen tu bienestar. Está científicamente comprobado.

Recupera o fortalece el vínculo con tus familiares y amigos, pasa más tiempo con ellos, permíteles escucharte y consolarte, también aprovecha para involúcrarte en algunas de sus actividades o intereses. Y si por el contrario te quieres alejar de ellos por un tiempo y encontrar a nuevas personas, también es viable, lo importante es interactuar. 

Concéntrate en las cosas positivas de cada día, haz un repaso mental de ellas al final de la jornada, cuando te dispongas a dormir, verás que el panorama no es tan oscuro como parece.

Presta atención de nuevo a tu proyecto de vida, plantéate nuevos objetivos con metas realistas que puedas ir cumpliendo a diferentes plazos, establece algunas que sean inmediatas para aprovechar el tiempo que ahora tienes de más.

 

Y recuerda…

Las relaciones de pareja son fuentes de aprendizaje de principio a fin, nos enseñan tanto a amar como a amarnos.  Nos enseñan a cómo no ser nunca o a cómo inspirarnos en el otro para construir nuestra personalidad madura y resiliente. Perdonar y perdonarnos es fundamental para superar la separación, recobrar fuerzas y restaurar nuestras vidas.

 

 

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