¡Ya tengo en quien confiar!, aprendizaje de un niño con una mascota.


Los bebés son los seres más amados,  cuidados y protegidos en el mundo; aunque no todos cuentan con esta fortuna, cosa que  uno a veces no entiende, que un hombre o mujer no se inspiren en amor y ternura hacia un bebé indefenso quien solo está ahí para ser querido y educado. Pero la motivación para escribir este artículo,  radica en la experiencia de un niño que ha transformado algunos hábitos en su proceso de aprendizaje, a través de su convivencia con un gato que adoptó, con previa autorización de sus padres,  y en referencia publico este video.



¿Qué ha aprendido Gabriel con el gato?


"Ahora es más responsable", dice la mamá de Gabriel, con un orgullo que se le sale de su pecho.

La relación de un niño con un animal, que esté bajo sus cuidados y sea su compañía, puede propiciar  ciertos aprendizajes:

  • Valores tales como el amor, la protección, respeto, tolerancia y paciencia.
  • El niño adquiere madurez al iniciarse en los compromiso y el conocimiento de lo que eso conlleva.
  • Aumenta la confianza del niño en sí mismo, al saber que se le ha confiado el cuidado de su mascota y que su familia también lo apoya.
  • Adquiere conocimiento sobre otras formas de expresar cariño.
  • Hábitos de limpieza, horarios, tareas de la casa que muy posiblemente se trasladen a las tareas escolares.
  • Sentido de pertenencia, con su casa, su hogar y su mascota.
  • Apego positivo hacia la mascota y así  apreciará todo cuanto lo rodea.
  • Entenderá los efectos destructivos del matoneo, optando por el respeto hacia el otro.
  • Se formará en la responsabilidad en función del bienestar de otro ser.
  • Una mascota, puede convertirse en un ser especial que lo acompaña en su niñez y lo recordará toda la vida. 
  • Y sobre todo, amará a los animales  desde el conocimiento de su condición de seres vivos que están en manos del hombre.


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Luz Marina