En ocasiones nos vemos enfrentados a situaciones en las que inyectamos toda nuestra fuerza emocional, proyectamos nuestras ideas y nos desgastamos de manera inoficiosa; ya que no hay reciprocidad ni eco; es como si estuviéramos hablándole al viento o a un muro que difícilmente comprenderá nuestra postura. Cuando algo así se presenta será mejor dar un paso al costado y navegar en la paz que a muchos le es esquiva. Conclusión: "No te desgastes con quien bien, no lo merece"